NO VEO MAS ALLA DE MIS NARICES

Percibir, una de las funciones psíquicas que permite al organismo a través de los sentidos recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno. Se considera también ya finalizada en el cerebro una organización más compleja de toda la información sensorial que llega de una manera abrupta o delicada al ser por medio de lo que se denomina sensación.

El placer de sentir, experimentado por toda persona viva e inmoral que en algún momento decidió dejar de lado la filosofía católica y utilizo sus sentidos para proporcionarse explicaciones completas del mundo.

Experiencia, la construcción más pura que existe en la cabeza de cada ser cuando se tiene el recuerdo de haber vivido algo de una manera significativa y constructivista.

Y mientras el mundo pasa, se crean y piensan cosas no tan nuevas, el hombre vive la quimera del éxito absoluto, la tecnología juega con la madre tierra, Rusia pisa la luna, Hiroshima ve la destrucción paseándose sobre su cielo, el pueblo afligido y pobre apoya las dictaduras, alemanes se agolpan sobre la vestigios del muro de Berlín; personas como Maruja sentadas e inmóviles no se dan el placer de observar mas allá de sus narices, no sienten, por ende no perciben y de la experiencia ni hablar.

La pobreza y la resignación es el común denominador del pueblo que no quiere ver y de hecho pensar su existencia en tan inigualable creación. Colores, formas, matices y realidades que no son reales al pensar que la verdad de las cosas solo existe en la cabeza del sujeto que las hace verdaderas. No ven mas allá de sus montañas por ese apego desgarrador al pasado y su realidad espiritual que les exige ignorar el mundo creado por su Dios bueno.

Definitivamente, se ha logrado la misión de las minorías pusilánimes que quieren ver personas ignorantes de lo que son y desean; suelo pensar solo en pequeños lapsus de tiempo que la revolución del pensamiento es algo inconveniente para todos los acostumbrados a cegar a las personas con violencia, solo que para afrontar esa visión crítica y revolucionaria es necesario experimentar en exceso el placer de conocer y de observarlo todo.